Su principal patrimonio es su familia, su fábrica, su casa de Cañero y una parcela.

Mi hijo está siendo un pilar en el impulso de la firma.

El semblante de Juan López Liétor transmite la experiencia del paso de los años, la resistencia a muchas crisis y la satisfacción del deber cumplido en su trayectoria. La mentalidad familiar ha sido una de las bazas de este empresario, que ha inculcado a su hijo menor, Juan, la sabiduría del paso de los años, el estar rodeado de gente implicada en el proyecto familiar y el echar horas y horas para hacer realidad sus sueños. Este hombre, de 72 años, es el fundador de Silos Córdoba, una empresa que, como su nombre indica, fabrica y exporta silos para almacenar cereales, harinas y demás alimentos. Se jubiló a los 67 años. A los 65 años llevaba 51 años, dos meses y catorce días cotizados. Natural de Pegalajar (Jaén), llegó a Córdoba con 15 años. La solvencia, la honestidad, el trabajo diario y la constancia han sido los valores que este hombre ha tenido a lo largo de toda su vida. Ha mirado a otro lado cuando le han ofrecido dinero fácil, a sabiendas de que algún día llegarían las vacas flacas.

– ¿Recuerda cómo surgió?

Fue en el año 1970, tras quedarme en paro. Trabajaba en una empresa familiar por cuenta ajena, dedicada a la fabricación de material ganadero, y, al cerrar, yo inicié esta actividad a través de otra empresa del norte, siendo los silos un complemento de las instalaciones. Luego esa empresa cerró y decidí instalarme por mi cuenta en los silos.

– ¿Tiene continuidad su empresa?

Sí. La dirige mi hijo Juan, el pequeño de la familia.

– ¿Qué ha supuesto la incorporación de su hijo?

Él llegó a la empresa cuando tenía unos 16 años y ha sido un pilar clave en su impulso a nivel tecnológico y de expansión hacia el exterior. Ya estamos en 40 países de los cinco continentes.

-¿Se imaginaba a dónde podía llegar su empresa cuando la montó?

No. Gandaria es hoy una empresa que jamás me había imaginado al principio. Tenemos más de cien personas. Tenemos además delegaciones en Argentina, Turquía y Marruecos.

-¿Qué les diferencia?

La diferencia estriba en la constante innovación que hemos desarrollado tanto a nivel tecnológico como de exportación. El dinero que se genera está invertido íntegramente en nuestra fábrica de Las Quemadas.

-¿Qué le ha proporcionado a nivel de riqueza esta industria?

Tengo la misma casa en Cañero que donde empecé y una parcela en la Urbanización de El Sol, en Alcolea. Todo lo que hemos ganado se ha centrado en la industria, en abrirnos camino fuera y en generar empleo. Siempre hemos tenido los pies en el suelo y no hemos derivado nuestra actividad hacia otros derroteros. El principal capital de la riqueza generada está en nuestra industria. Gracias a ello podemos competir fuera en calidad y precio. 

-¿Les ha afectado la crisis?

A nivel de financiación, como a todo el mundo. Este demuestra cómo está el patio. A pesar de todo estamos creciendo. Pero para ello se necesita mayor financiación al objeto de desenvolvernos. Sin embargo, se está acortando. Hay que fabricar los productos para luego cobrarlos.

-¿Le gusta darse una vuelta por su empresa?

Me encanta. No sé hacer otra cosa. No soy hombre de jugar al dominó ni dar paseos con el perrito.

-¿Cómo ve el panorama a su alrededor y qué aconseja para salir adelante en medio de esta crisis?

La única solución es trabajar y generar productividad en las empresas. Hay que ingeniárselas para competir, fabricar un producto acorde a los tiempos que corren y seguir investigando para poder crecer y avanzar. Si esto no ocurre dentro de hay que abrirse fuera. Mi generación ha pasado unas pocas de crisis, pero tan grande como esta no. En mi etapa anterior por cuenta ajena descubrí que hay una norma que siempre se ha cumplido: la ganadería siempre ha tenido unos altibajos, con unas épocas muy buenas y otras al contrario. Y siempre se ha cumplido. Cuanto mayor ha sido la época buena, peor ha sido después la mala. Esto es lo que ha pasado en estos momentos de crisis, que la etapa anterior ha sido tan buena que ahora toca sufrir lo contrario.

-¿Cómo valora vuestro sistema tecnológico?

Tenemos la mejor maquinaria a nivel mundial. Ello nos ha valido en gran medida para poder competir en el exterior.

-¿Qué hace falta en Córdoba?

Un mayor carácter emprendedor a nivel manufacturero. En el norte hay menos paro porque hay industria. Aquí solo hay naves de servicios y ha habido mucha especulación. De la noche a la mañana se ha pasado de pobres a ricos y ahora muchos lo pasan mal. Hay que tomar conciencia de la situación para no volver a caer en este letargo en el que estamos sumidos.

Las Frases:

“Todo el dinero que se ha generado en nuestra fábrica ha sido para reinvertirlo en ella, generando empleo”

“Tenemos la mejor maquinaria a nivel mundial, lo que nos ha valido para competir en el exterior”

La entrevista ha sido publicada por el Diario Cordoba. Descarga el artículo en pdf: Diario Cordoba Especial Empresa Familiar

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